Ingredientes: Tres gramos
de realidad, una porción de ahora, dos cucharaditas de “te lo cuento”, cuatro
dientes de masticar la situación, una pizca de humor y una copa de atención.
Preparación: Dejar los
quejidos a remojo durante la noche anterior. Al día siguiente rehogas los tres
gramos de realidad sin escapar de ella por mucho que pique en los hojos (si da
al ojo la “h” es que vamos siguiendo la receta) Cortamos en juliana la porción
de ahora, es decir, en tiras muy finas para que solo quede lo que queda: este
momento. Cubrimos tres dedos de ego con la copa de atención, observando cómo
todo problema se disuelve al comprobar que son interpretaciones que estaban
pasadas de hervor. Salpimentar todo con unas gotas de humor que nace de darse
cuenta que la presión de la olla simplemente la había encendido yo. Vertemos
todo en un diálogo bien aliñado sin peladuras, apariencias y con kilo y medio
de verdad… y ya estamos listos para masticar con los dientes cualquier menú que
la vida nos presente, incluidos los platos muy pesados de los cuales ya no
huiremos porque hacerlo empeora la digestión.
Duración: ahora mismo
Comensales: los que se
atrevan
La felicidad se cocina a fuego lento masticando la realidad.
El vídeo en homenaje a Gloria Van Aerssen que cocinaba canciones con "Vainica doble":