26 noviembre 2018

Para suprimir las preocupaciones


1) No las suprimas. Si no hay preocupaciones seguramente estás muerto.
2) Normaliza. No luches contra lo inevitable ni busques seguridad. La vida no es segura.
3) Date cuenta. El exceso de preocupación viene del pensamiento.
4) Fluye. El pensamiento solo es pensamiento. Céntrate en lo que haces.
5) Atiende. Las cosas son como son. En otoño caen hojas y el ruiseñor trina.
6) Suelta. No te mientas, deja de fingir y suelta eso… sí, eso que sabes…
7) Expresa. Elige las palabras, haz que el día sea interesante pese a…
8) Ego. El “mí” es pasado, el muro que te impide vivir ahora. Pasa de tanto “mí”
9) Armonía. Promueve la alegría aceptando la tristeza, la vida aceptando la muerte…
10) Elije. Nadie elije por ti, no te escudes en otros ni pongas excusas.
11) Acepta. Vive con ello pero que “ello” no te impida vivir.
12) Ama. ¿Tienes miedo a amar? El amor se lleva al ego. Ese es el miedo.
13) Mueve. Tienes cuerpo: muévelo. Tienes mente: aprende, siempre aprende.
14) Ayuda. No rechaces el contacto, la vida es relación. Eres útil.
15) Crea. Sal del molde y usa tu imaginación. Jamás te compares.
16) Libera. Sal de ti. ¿Cómo? No te aferres a nada. No pertenezcas a nada.
17) Comunica. No te lo guardes y comparte. El beneficio común es el objetivo.
18) Silencio. Acepta el ruido y vendrá el silencio, solo así no le darás importancia.
19) Naturaleza. Es lo que eres. No te maltrates a ti mismo; siembra.
20) Consciencia. No te pienses, siéntete. Eres todo, eres la vida. Solo existe “ahora”


22 noviembre 2018

El pequeño GRAN comercio

Quizá sea porque nunca me gustaron las multitudes o porque me gusta una buena conversación (sin prisa) sobre el producto que consumo sin que el producto me consuma a mí con apabullante publicidad. No sé, o quizá por el valor que hay que echar en estos tiempos al abrir un pequeño (grande por dentro) comercio que lo equiparo a David sobre Goliath, la verdad de Clark Kent sobre la mentira de Superman o los enanitos currelas más allá de Blanca Nieves, que mantienen el bosque por trabajar. Quizá sea porque la calle invita a pasear, pero me gusta más el comercio callejero que el gran centro comercial. El kiosko donde caen copos de nieve mientras manos vestidas con guantes de invierno te entregan la prensa, alimentación con información de por medio y conversación de la procedencia de las verduras, zapaterías donde dar un paseo con tus zapatos por jubilar, todo lento, agradable, callejero…
Ya ni en época de elecciones se defiende el pequeño comercio, símbolo de clases medias que se extinguen ante el pasotismo del ciudadano que tiene prisa, mucha prisa. Prisa por comprar, por disfrutar ya, porque mis niños disfruten mucho en el centro comercial, tanto que no crezcan jamás, prisas por comer rápidamente mientras los enanitos de la familia son abducidos por las pantallas; prisa por ser felices, tanta prisa que la felicidad se queda detrás y llegamos a casa con bolsas y bolsas cargadas de ansiedad porque llegamos tarde y con prisas, más prisas sin saber donde llegar.

14 noviembre 2018

Censurando

Entre las censuras de la supuesta izquierda y la supuesta derecha (para mí no son reales estos términos, de ahí “supuesta”) no vamos a poder decir un cagüen… ni ver películas donde salga un personaje machista (del que aprender a no serlo) o algún tipo de violencia, ni leer novelas donde se digan tacos o se insulte a cualquier Dios de cualquier religión, ni escuchar a Wagner, en prácticamente todos los conciertos, jamás (porque era racista) ni Rigoletto de Verdi (La donna è mobile) ni decir en conferencias “a todos nos pasa” sin decir a la velocidad del rayo “y también a todas” ni poder expresar que las banderas te la… ni… ni…
En fin, que al final solo vamos a poder ver o interpretar a los Tres Cerditos, Heidi, Tarzán y el Patio de mi casa… aunque tampoco por el tema inmobiliario de las casitas, el bullying de la señorita Rotenmeier, un tío blanco en la selva como el héroe en África y la palabra “agachaditos” que puede fomentar poca autoestima en los niños.
¿Qué se puede escribir, componer o crear libremente que los señores políticos de las supuestas izquierdas y derechas permitan? Que nos hagan una lista por si acaso o que digan claramente que está prohibida la libre-expresión y la creatividad. Es otro modo de tener callada a la gente (y van por ahí los tiros, perdón por la palabra violenta “tiros”) alentar un miedo a expresarse no vaya a ser que digamos algo políticamente (nunca mejor dicho) incorrecto, nada guay o que no encaje.
La censura ha vuelto y ahora es global.