Se le cayó la luna encima
cuando, ebrio, navegaba las calles;
con su barco atado al cuello,
con su paro, su entrefino, su gris;
sin bolsillo, sin él, sin timón ni rima.
Se le cayó la luna encima
de su nada, de su ausencia, sombra
de él, retrato de nadie, sin todo,
desparramado por la calle, apagando
luces por donde pasa su nada
Se le cayó la luna encima
como un balón lleno de patadas,
como melón hueco de su nada
como globo que se deshincha,
como luna de miel salada
Se le cayó la luna encima
y pudo ver el sol