El espectáculo fuera del carnaval, la necesidad de necesitar, la planta
fuera de tiesto, la cuerda loca de la guitarra, la bandera que no ondea, las
calles que no callejeas, el horizonte cercano y estas letras que flaquean.
Los disfraces dirigen, la sombra que no miramos, el miedo a desentonar,
el disimulo de tu deseo, el grito que censuras, la niña buena estresada, la
basura que no sacas, ese hacer como si…, la libertad que te aterra.
Nada es lo que parece detrás del filtro empañado con que miramos, desde
el pasado que te gobierna. Si arrancas ese filtro, asumirás la realidad que te
golpea, abraza y despierta. O sigue durmiendo, pero no te quejes de las
pesadillas. La vida no está para los que esperan a que algo suceda, sino para
quién empuja las puertas y rompe las reglas.