12 mayo 2020

Aquellas historias con historia...

Por el lienzo de las calles apenas circulan historias, ni siquiera bocetos, que salgan de la incontrolable necesidad de expresarse, de vivir dos vidas y tres muertes amaneciendo en extrañas camas e imposibles aventuras. Por lo que antes eran escenarios de historias con historia, ahora se viven selfi-aventuras, imitaciones de segunda, tercera y cuarta categoría, ansia de captar el minuto y compartir el ego-momento, niños con la imaginación dentro del plasma, perros pijo-callejeros que no muerden un hueso porque no hay, mascotas con humanos detrás intentando que vivan como personas, ósea: guau; ni siquiera está el hombre del carajillo que te mandaba al carajo.

¿Dónde se fueron los planes sin planificar, los imprevistos sin foto y la moda sin moldes? Los nuevos tiempos dicen, como si el tiempo entendiera de novedades, gilipollas, gente brillante o historias.

Afortunadamente conozco individuos (nunca gente en masa) magníficos; quizá no magníficos, que me recuerda a cuentos rimbombantes aparte de al gran Solimán; puede que individuos auténticos, de esa inteligencia que no hace falta examinar, esos sujetos que no les hacen falta muchos objetos y casi ni predicados, sino que predican con ejemplo y me dan sana envidia e inspiración para poder avanzar hacia esas calles donde pasean; las calles donde conviven prosas, pura poesía, música… y talento. Esa capacidad que no requiere titulación, demostraciones o peloteo.


No hay comentarios: