Es curioso que haya día de los enamorados, teniendo en cuenta que es un
estado de estupidez transitorio en el que, a lo mucho dos años después, uno se
da cuenta si hay amor (esta palabra significa libertad) o búsqueda (una vez más) de
ese estado efímero con otra fugaz persona que se preste a ello.
Así pues, una vez termina la dopamina de ver seres perfectos y la norepinefrina
y serotonina de focalizar la vida en un solo goce… solo entonces puede quedar
esa agradable complicidad de compartir mi libertad con tu libertad sin ser
nadie de nadie. Ahí empieza el amor y no tiene día; tiene ahoras.
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