Ella recibe un ramo de rosas hecho con alambres y se queda estupefacta.
-¿No tenías unas de
verdad? ¿Dónde está aquí la fragancia? -protesta alzando sus retorcidas manos
esculpidas por la artrosis.
- Son los alambres
de la cama donde tantos años teníamos esa fragancia…
Le da las gracias
con una sonrisa y se pierden entre las flores del jardín.
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