No es la angustia lo que te hace sentir mal, sino rechazar y no querer tener esa angustia. Poder observar la emoción aceptándola no te quita el malestar, pero te ayuda a manejarla. Tan normal es el agrado como el desagrado. El hielo está frío, el lobo aúlla, en otoño caen hojas, el placer da placer y la tristeza te pone triste. Ya está. No hace falta interpretar más. Separa la emoción de la acción. Mandela se dio cuenta de que esperar a estar preparado y a no tener miedo, no le encaminaba a decidir realizar lo que esperaba. Así que lo hizo con miedo y sin estar preparado. Puedo sentir lo que sea y eso no me va a impedir hacer lo que quiera. Como una hoja que empuja el cemento, día a día, apuntando al sol, sabiendo quién es.
30 diciembre 2022
12 diciembre 2022
El reto de contar algo contando nada
Me mira el reloj y ya son
las seis.
Paseando soledades (no,
no, demasiado típico)
borrando mis pasos a cada
(uf!, ahora me recuerda a Machado)
Empiezo de nuevo.
Ya son las seis y siete
minutos
y la inspiración expira
su
aliento lejos de mis
palabras (expira su aliento, por favor…).
Estos recurrentes juegos
de palabras
hacen avanzar esta cosa
que aspira a poesía.
Hablando de aspirar;
recuerdo
cuando hacía colección de
palabras
y mi preferida era
lapislázuli.
Decidla en alto para ver
(oír) qué bien suena:
lapislázuli.
Las esdrújulas ponían
músicas
a las llanas y mentirosas
utopías.
Una vez, en un bar al que
llevé
mi lápiz (arma de
construcción masiva)
observé a una mujer que
se ajustaba
la falda dando dos
saltitos;
me encantó ese gesto: dos
saltitos.
Dos jóvenes se dieron con
el codo
tal que así,
observando algo más que
su falda.
Había moscas de verano
y moscones de otoño.
La mesa estaba pegadiza
de alcohol reseco;
rastro de momentos y diálogos
anteriores… (la poesía
busca la prosa
llegados hasta aquí)
Historias y gestos que no
relatan
grandes hazañas;
paisajes urbanos que
inspiran
la mejor manera de contar
algo
contando……. nada.
07 diciembre 2022
Moviéndose
Todos se movían al acercarse.
Los pinos esprintaban
aterrorizados
El campesino se
alejaba con su cesto.
Dos perros intentaban
ir a mi par
pero algo tiraba de
ellos.
Todo lo que se
acercaba a mi ventana
era fuertemente
repelido.
Pero era yo el que
me movía.
Hasta que se detuvo
el tren.
Hay muchos trenes
que pasan por tu vida; todo el mundo te lo recuerda y todo el mundo se agarra a
ellos para echártelo en cara. ¡Coge el tren! ¡Es tu oportunidad! Y nadie,
nadie, nadie… se acuerda de que, a veces, primero hay que bajarse del que uno
va.
En este momento
(Eunate Ediciones)
https://www.leonardoresano.com
04 diciembre 2022
Perfectos imperfectos
He visto un artículo titulado
“Cómo ser feliz en diez pasos”. Más tarde he descubierto otro que decía “Elimine el miedo por completo”. Y así me he encontrado con: tome la decisión
correcta, sea siempre positivo, consiga lo que usted quiera, el camino hacia el
éxito…
La gente demanda estos enunciados
y a veces me dicen que hable de tal o cual cosa sin poder elegir el título.
Pero da miedo pensar que te puedes volver feliz en diez pasos, gestionar todo
perfectamente en armonía (saliendo victorioso en el intento) y para colmo, todo
ello sin miedo. Si conozco alguien así salgo corriendo, de verdad; a ver si va
a ser contagioso y no voy a poder aprender de los errores, cometer el exceso de
no cometer nunca un exceso, ser tan feliz que ya no reaccione, o lo que es
peor: encontrar el camino hacia el éxito, ¿y ahora qué hago con tanto éxito?
“Aprendiendo del miedo”, “Es
normal tener problemas”, “Descubre tus mentiras”, “Educando en realismo”, “Cuestiona…”
podrían ser manuales de vida real; pero a quién le llaman la atención estos
títulos cuando se quieren hijos sobresalientes, nada de sufrimiento, vidas
perfectas, cuerpos perfectos, currículums perfectos, nada de errores,
resultados perfectos, ánimo perfecto, amores perfectos y hasta mentiras
perfectas.
En este momento... (Eunate ediciones)
https://www.leonardoresano.com/