Todos se movían al acercarse.
Los pinos esprintaban
aterrorizados
El campesino se
alejaba con su cesto.
Dos perros intentaban
ir a mi par
pero algo tiraba de
ellos.
Todo lo que se
acercaba a mi ventana
era fuertemente
repelido.
Pero era yo el que
me movía.
Hasta que se detuvo
el tren.
Hay muchos trenes
que pasan por tu vida; todo el mundo te lo recuerda y todo el mundo se agarra a
ellos para echártelo en cara. ¡Coge el tren! ¡Es tu oportunidad! Y nadie,
nadie, nadie… se acuerda de que, a veces, primero hay que bajarse del que uno
va.
En este momento
(Eunate Ediciones)
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