Una vez observé en el monte Gaztelu un águila que había caído a una poza de agua. Cada vez que intentaba salir se resbalaba y no podía volar porque tenía las alas mojadas.
Trataba de perseguir su sueño de
volar, escapar de ahí para planear por el cielo disfrutando de todo aquello que
siempre quiso conseguir.
No se daba cuenta de que el sueño es
el que te persigue a ti. Solo hay que quitar aquellos obstáculos que le impiden
contactar contigo.
El águila solo tenía que esperar a que se secaran las alas y emprender de nuevo el vuelo dándonos un decálogo necesario para ello:
1) ¿Qué te gustaría conseguir.
2) A quién le gustaría conseguirlo. A tu condicionada imagen o a ti mismo.
3) Date cuenta qué te impide conseguirlo y cuestiona tus creencias limitantes.
4) Gerundio: quitando, haciendo, volando…
5) Salta. Si te atreves da el salto. No es nada fácil, pero salta al vacío.
6) Creatividad. No hagas siempre lo que has hecho siempre. Crea, no encajes…
7) Relaciones. Sé un águila y vendrán aquellos que les guste el águila.
8) Espera más obstáculos. Sé realista, lo que es, es lo que es. Pedir ayuda es de valientes.
9) Sigue volando, mirada amplia y no estrecha.
10) Deja que entren tus sueños, tus capacidades, úsalas y comparte.
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