Algunas etimologías llevan la palabra a “perturbar
con la mano”
Esta palabra es de lo más interesante pues
aparece en casi todos los temas de la vida y ha perturbado en la historia, no
la mano (ni lo que toca la mano) sino la mente y las instituciones creadas para
censurar el inevitable placer.
En la época moderna empezó a liarlo todo
Freud viendo penes en cada objeto punzante o tieso y vaginas en cuevas y agujeros
varios. A ver, que es más simple. ¿Por qué algo que todo el mundo entiende se
convirtió en algo complicado e incluso incómodo de pronunciar?
Ahora la palabra adquiere nuevas expresiones
y la masturbación se convierte en autobombo, competiciones de felicidad varias
y adoración al físico (no me refiero a Einstein) como algo que si no lo tienes
todo (sobre todo la felicidad) a niveles estratosféricos, puedes turbarte
mucho, incluso sin la mano y más si alguien se entera de cuál es tu realidad.
En definitiva, hemos pasado de instituciones
que censuraban aquello que les obsesionaba y gustaba, a subliminar la palabra
en la imagen personal. Con lo fácil que sería practicar lo natural como natural.
Es decir, una piedra es una piedra, el agua está húmeda, las aves suelen tener
alas y las personas se pueden turbar con la mano o con lo que les venga en
gana, porque la vida es ganas, de lo que quieras, pero sin censurar lo natural.
Hace falta más turbación y menos manipulación.
Pero nadie se turba ya por nada, costumbrismo, adoctrinamiento, politiqueo,
obediencia. No sé, no sé…
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