Ellos
no hablan por nosotros, pretenden convertir leones en ovejas, pero el león es
indomable, no quiere sorpresas ni alarmas, porque él es la alarma y la
sorpresa. No, no hablan por nosotros, sino por el interés y cada vez hay más
ovejas que no se dan cuenta que eran leones indomables.
Tampoco
hablan por la tierra, la compran, venden y recalifican, incitan las fronteras,
pero el águila no tiene límites y la tierra es mujer, no se pueden esconder
Artemisas bajo ningún discurso, la creación no tiene finales.
Ellos no hablan por nosotros a no ser que no tengas voz, aunque tengas voto. No temas las tormentas con las que te amenazan, porque tú eres la tormenta. La libertad empieza donde acaba la pertenencia. Comparte, ama y no pertenezcas, como el lobo, que, si muerde, muerde, indómito e ingobernable.
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