18 noviembre 2024

SALVAJE

Me gusta el lobo, no hay que ir detrás recogiendo su mierda en bolsitas de plástico biodegradables. Es lo que tiene ser independiente, salvaje. Viene del latín silvaticus (selva) y significa no domesticado, sin correa. Es decir, todo lo contrario que el homo sapiens, también llamado humano, que es totalmente libre… de pensar exactamente lo que le han enseñado a pensar desde niño. La ideología se encarga del resto. De hecho, ahora mismo estamos en la era de la rebeldía programada, ensayada y domada. Hazles creer que son libres, ese es el truco.

También es la época de concursos de solidaridad pública. Altruismo en alta definición, con brillos, filtros y reportajes de cámara. Si un acto generoso cae por un bosque y nadie lo tuitea, ¿existe?

Y ahí están los homocanes (me gusta inventar palabras), perros humanizados que señalan el olvido del lobo, con su melena peinada como si hubiesen salido del spa, listos para una vida de lujo donde el homo sapiens recogerá su mierda. Mientras, en las colinas, un aullido me recuerda que lo salvaje o no domesticado, aún resiste a esta mentira que rueda y rueda. Despierta el lobo que llevas dentro. Desobedece.

Cuídate del hombre que no habla y del perro que no ladra. (Cheyenne)




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