25 enero 2021

Negacionismos varios

Hay un gesto común en los niños cuando se niegan a cualquier cosa con ahínco. Brazos cruzados y golpear el suelo con una pierna como si de ahí nadie pudiera moverles.

Esa es la idea, que no se cuestione mi argumento, mi creencia; quizás afinamos más si decimos mi MI.

Asistimos a un miedo colectivo tal, que aparecen por doquier decenas de grupos negando cualquier situación que produzca incomodidad y cambio en nuestras costumbres de vida.

El MI ha llegado a presidir nuestras vidas de tal manera que, hay que ponerlo a salvo, sea mediante conspiraciones que me hagan soportable la realidad, o sea mediante la obsesiva persecución de una eterna e imposible felicidad.

Así pues, tenemos negacionistas de realidades, vacunados exprés prevaricando porque pasaban por allí (y de paso su pareja), solidaridad de aplauso fácil y de olvido inmediato, ocupación sin ley y ley para el desahucio, protestas más intensas si “lo mío y solo lo mío” está en riesgo… y así podríamos seguir en este circo que tiene su origen en el MI.

La pataleta de los niños reafirmando su posición es la misma que tenemos los adultos reafirmando la palabra “mío” Y es que el problema de los adultos es… que se creen adultos.

No hay comentarios: