23 junio 2025

La masa

Ya casi estaba en el borde del cubo. Trepó con esfuerzo, hundiendo las uñas en el filo resbaladizo. La luz de fuera se filtraba, prometiendo algo más que la compañía de esos idiotas. Un último empujón y estaría fuera de esa cloaca.

—¿A dónde crees que vas? —gruñó uno desde abajo, tirando de su pata.

—A la cima —dijo, sin aliento—. Lejos de aquí.

—¿Para qué? Aquí estamos todos juntos, la familia, la comunidad…

-Ahí afuera debe haber más cosas –respondió con vehemencia.

Todos lo miraron con esa mezcla de recelo y envidia que solo los mediocres saben expresar. Uno de ellos, el más ruidoso, soltó la frase definitiva:

—Si sale de aquí, nos hará quedar como unos imbéciles.

Y eso era inaceptable. Así que lo agarraron entre varios y lo arrastraron de vuelta al fondo.

Esa madrugada, mientras el cubo se inclinaba y una gran mano descendía, el cangrejo pensó:

«Querían que me quedara… y ahora nos van a hervir a todos.»




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