25 agosto 2023
18 agosto 2023
Moda y modales
Uno
de los síntomas de la decadencia actual es la moda. Mientras la moda nos
convierte en invisibles, la estupidez se pasea por ahí como una supermodelo de
alta costura. Es como si la individualidad se hubiera esfumado en una neblina
de imitación. Ahora se llevan relojes para no mirar la hora, y los cortes en la
ceja, ¡claro! Porque todos sabemos que cuando buscas destacar, la ceja es el
lugar al que debes apuntar. ¡Una forma segura de mostrar que eres... eh, algo!,
posicionamiento ideológico como identidad personal, los mismos cortes de pelo para adolescentes como
soldados de un ejército de clones capilares ¡Marchando hacia la peluquería!
Hablar
y no hacer, mentir verdades, vivir mentiras, retos virales… Cuanto más nos zambullimos en la moda, menos
modales quedan flotando en el aire. Menos ser humano, menos autenticidad, todo
se va por el desagüe de la conformidad.
La
moda es esa herramienta mágica que moldea nuestras mentes y nuestros
guardarropas al ritmo de la estupidez que se vende al por mayor, ¡dos por uno,
ganga del día! El ser humano, ese ser maravilloso que solía tener opiniones y
personalidad, ahora parece que se ha esfumado detrás de las cortinas de la
última tendencia.
Un tigre es un tigre
Aunque le llegue el agua al cuello un tigre es un tigre ¿Quién eres tú
cuando te llega el agua al tobillo? No te tortures pensando en impresionar a
los demás; tu valor no es un inventario, es una experiencia. Tu valía radica en
el ser, no en el tener. Para ser hay que mirar adentro y dejar la máscara; sí
esa máscara que queremos que complazcan. El miedo es a mostrarnos tal y como
somos pues aprendimos a complacer para mendigar atención. Pensamos que, siendo
libres, es decir, mostrando lo que somos, nos rechazarán. ¡Tenemos miedo a ser
libres! Preferimos la conocida enfermedad, la huida, la falsa seguridad.
Entonces, es el momento de desterrar la vergüenza, mandar al exilio el
control, y decirle adiós a la aprobación ajena. ¡Ah, y la búsqueda desesperada
de la felicidad prestada también puede irse a pasear! ¿Y adivina qué? Una vez
que mandes a todos esos invitados no deseados a dar una vuelta, finalmente
entenderás quién te comprende sin necesidad de un manual de instrucciones.
Nos encontramos en la versión de la realidad que decidimos aceptar, pero
rara vez nos aventuramos al territorio salvaje y auténtico de la realidad
misma. Un tigre es un tigre en cualquier situación. No te escondas.
12 agosto 2023
Desenredando la mente
¿Te has dado cuenta de que la gran mayoría de tus pensamientos, como el 90% de ellos, son como invitados no deseados en una fiesta en tu cabeza? Son como esos tipos que se cuelan en una película sin pagar la entrada. Son recuerdos del pasado, miedos que vienen a tocar la puerta, y ruidos sensoriales que te gritan cosas que ya has escuchado antes. Pero, ¿sabes qué? No deberías darles tanto crédito, porque son como vendedores ambulantes que intentan venderte algo que ni siquiera necesitas.
Lo que realmente importa es aferrarte a la persona dentro de ti que está sentado en la butaca (el observador), mirando esa película mental con un recipiente de palomitas. Esa persona es la que se da cuenta de que los pensamientos vienen y van, pero ninguno define quién eres. A menos que decidas darles el poder de dirigir la película, como si fueran verdades absolutas, y luego terminas atrapado en un enredo de excusas que te alejan de la realidad. Construirás una realidad basada en la credibilidad de los pensamientos a los que prestas atención.
Cuando empieces a restarle importancia a esos pensamientos invasores, podrás enfocarte en las cosas que tienes aquí y ahora, en lugar de obsesionarte por lo que te hace falta. Construirás en vez de destruir. Pondrás atención en lo que está pasando en la pantalla en este momento, en lugar de maldecir lo que quisieras que estuviera pasando o lo que debería estar pasando.
Si
estás buscando que las cosas cambien, tienes que empezar por aceptar lo que
está pasando ahora mismo. Luego, échale un vistazo a tu mente y observa qué
está pasando por ahí. Y al final del día, recuerda que tú eres mucho más grande
que cualquier construcción mental. Así que suelta esas etiquetas que te pones a
ti mismo y simplemente vive, porque la película sigue rodando y tú puedes ser
el director si aceptas la realidad y aprendes a dirigir tu atención.
10 agosto 2023
CONSUMIÉNDONOS
El
consumo te consume hasta el último bolsillo virtual. Prepárate para admirar
cómo con astucia se estudian tus inclinaciones derrochadoras, porque nunca se
sabe, podrían ser demasiado razonables y moderadas. El consumo te hace desear
más de lo que necesitas y anula la creatividad de estar en paz con lo que
tienes. ¿Quién la necesita cuando puedes gastar tu dinero en cosas que ni
siquiera sabías que querías? Porque, sinceramente, ¿quién tiene tiempo para la
paz mental cuando hay ventas de liquidación en todas partes?
Y
mientras hablamos de consumir, ¿por qué detenerse en los objetos inanimados? El
consumismo no se contenta con menos: ríos son devorados, pieles de animales son
arrebatadas y hasta traga plantas y polen como si fueran tapas de un bar. Ni
siquiera los cerebros se salvan, convirtiéndose en terreno fértil para la
proliferación de deseos consumistas desenfrenados.
Así
que sí, mientras las águilas se deleitan con ratones y cambian sus plumas como
si fueran modelos de pasarela, mientras las cebras saborean la hierba como si
fuera un manjar de cinco estrellas, y hasta los monos se regodean en la
simpleza de un plátano, nosotros, los sapiens, destacamos con nuestra maestría
en el arte de la estupidez consumista. Así que aquí estamos, en la cúspide de
la evolución. Como decía Groucho: “Partiendo de la nada hemos alcanzado las más
altas cotas de la miseria"
08 agosto 2023
Corrientes y corrientes
Un
salmón no se pregunta
qué carajo hace
nadando contracorriente.
Ni
sabe qué hay más allá del océano
ni le
preocupa la vertiente.
Los
cobardes evitan la corriente
o se
convierten en corrientes
Tan
corrientes que se ahogan
gritando
sus razones
Pero
por la boca muere el pez
Un
salmón no se pregunta
de
dónde viene ese plástico
Sigue
su rumbo
entre
basura, decadencia
El
mundo tan drástico
Los
cobardes fingen ser valientes
alzan
la voz y bajan la cabeza
bucean
entre mentiras
para
no mirar de frente
El
plástico y la basura
que
se origina en su mente
Un
salmón nada contra corriente
El
humano escapa
Acojonado
Y
durmiente.
04 agosto 2023
Clamor por la mediocridad
Elogiamos la mediocridad como si fuera una divinidad a la que debemos venerar y mostrar respeto. Porque, sinceramente, ¿quién necesita la molestia de enfrentarse a la realidad cuando puedes tener un pase VIP al país de las ilusiones? Escapar y excusarse, incluso culparse, es más cómodo. Mientras la cobardía deambula sin restricciones, la valentía se retira a llorar en un rincón apartado. Valores como la apariencia y el parloteo han sido elevados al pedestal, relegando a los hechos al olvido.
Y ojo, que ahora leer se ha convertido en un deporte extremo: resumir un libro entero en un par de oraciones es el nuevo maratón olímpico. ¿Quién necesita el lujo de leer un libro completo cuando podemos resumirlo en el tiempo que se tarda en calentar una bolsa de palomitas? Dame un vídeo de youtube de tres minutos, un eslogan, un resumen que no requiera esfuerzo, dame de esa droga, sí, de esa que estoy acostumbrado, de la que me lo hace todo rápido y sin esfuerzo.
La búsqueda insaciable de aprobación nos encadena al culto de la mediocridad, donde las masas trazan el sendero que seguimos como sectas. El mérito, esa antigua reliquia, es arrojado a la pila de "cosas que solíamos valorar", mientras el éxito es reducido a un único componente: el dinero. Se agita el miedo a encarar la cruda realidad, y en esta danza macabra, la esencia de nuestra humanidad se desvanece.
Y
entonces, ¿qué hacer con la realidad? ¡Ah, sí, escondámosla debajo de la
alfombra y crucemos los dedos para que nadie la note! La cruda verdad se
convierte en esa visita incómoda que todos tratamos de evitar, como un vendedor
de seguros en una fiesta. Necesitamos personas intrépidas, aquellas que
desafíen sin titubear la cruda realidad de los hechos, sin distraerse por las
vestiduras engañosas que los adornan, tejidas con hilos de palabras huecas. Hacen
falta vacunas de realidad, porque estamos en un coma autoinducido de selfies,
postureo y seguidismo masivo. Es hora de
enfrentar el espejo sin maquillaje, sin filtros ni retoques. Sí, los números
duelen, las enfermedades mentales se multiplican como el polen en primavera, y
nuestra cordura parece más frágil que un castillo de naipes en un huracán.
La
inversión no está en las criptomonedas de la fantasía, sino en la salud mental,
en el pensamiento crítico y en el valor de abrazar la realidad con todas sus
arrugas y defectos. No hay tiempo para cuentos de hadas ni fabricación masiva
de unicornios rosados cuando la realidad te mira de frente.
01 agosto 2023
Desnaturalizando
En
medio de este caótico mundo de las prisas que es la vida moderna, nos hallamos
ciegos ante el lento marchitar de nuestro entorno, un trágico desvanecimiento
que susurra desde los ríos envenenados hasta las frondosas arboledas. Asistimos
al increíble espectáculo de la estupidez ambiental. ¿Quién necesita aire limpio
cuando podemos llenar nuestros pulmones con la dulce fragancia del progreso?
¿Cómo
es posible que, en este frenético devenir, nos hayamos convertido en meros
espectadores de la destrucción de la Tierra? En primera fila, casi con
palomitas transgénicas asistiendo a la destrucción. Los osos polares caminan
desorientados sobre un hielo cada vez más endeble, su hogar milenario ahora
convertido en un frágil abismo. Van en
busca de un trozo de hielo que se va a convertir en paquete de plástico
flotante.
Sin
embargo, la distracción es nuestra especialidad. ¿Por qué preocuparnos por el
cambio climático cuando tenemos teléfonos inteligentes, política y redes
sociales para mantenernos ocupados?
El
caos y la estupidez son nuestros fieles compañeros de baile mientras avanzamos
hacia un mundo cada vez más exremo. ¿Extinción masiva? ¡No importa, aún podemos
ver videos de gatitos en Internet!
Pero
no hay que temer, porque siempre hay soluciones brillantes a nuestros problemas
creados por nosotros mismos. Nuestros líderes, que son tan brillantes como
bombillas fundidas, nos aseguran que las promesas de reducción de emisiones y
acciones climáticas efectivas son tan sólidas como un castillo de naipes en un
tornado.
Es
hora de detenernos y volver a conectar con nuestra esencia, con esa parte de
nosotros que todavía late en sincronía con el ritmo de la naturaleza. Debemos
romper las cadenas de la indiferencia para encontrar la paz en lo sencillo,
como los antiguos sabios que se deleitaban con la belleza de un atardecer o la
melodía de un arroyo.
El
mundo de las prisas puede esperar, pero la lenta agonía del entorno no puede
soportar más demoras. La hora de actuar es ahora.