Aunque le llegue el agua al cuello un tigre es un tigre ¿Quién eres tú
cuando te llega el agua al tobillo? No te tortures pensando en impresionar a
los demás; tu valor no es un inventario, es una experiencia. Tu valía radica en
el ser, no en el tener. Para ser hay que mirar adentro y dejar la máscara; sí
esa máscara que queremos que complazcan. El miedo es a mostrarnos tal y como
somos pues aprendimos a complacer para mendigar atención. Pensamos que, siendo
libres, es decir, mostrando lo que somos, nos rechazarán. ¡Tenemos miedo a ser
libres! Preferimos la conocida enfermedad, la huida, la falsa seguridad.
Entonces, es el momento de desterrar la vergüenza, mandar al exilio el
control, y decirle adiós a la aprobación ajena. ¡Ah, y la búsqueda desesperada
de la felicidad prestada también puede irse a pasear! ¿Y adivina qué? Una vez
que mandes a todos esos invitados no deseados a dar una vuelta, finalmente
entenderás quién te comprende sin necesidad de un manual de instrucciones.
Nos encontramos en la versión de la realidad que decidimos aceptar, pero
rara vez nos aventuramos al territorio salvaje y auténtico de la realidad
misma. Un tigre es un tigre en cualquier situación. No te escondas.
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