Uno
de los síntomas de la decadencia actual es la moda. Mientras la moda nos
convierte en invisibles, la estupidez se pasea por ahí como una supermodelo de
alta costura. Es como si la individualidad se hubiera esfumado en una neblina
de imitación. Ahora se llevan relojes para no mirar la hora, y los cortes en la
ceja, ¡claro! Porque todos sabemos que cuando buscas destacar, la ceja es el
lugar al que debes apuntar. ¡Una forma segura de mostrar que eres... eh, algo!,
posicionamiento ideológico como identidad personal, los mismos cortes de pelo para adolescentes como
soldados de un ejército de clones capilares ¡Marchando hacia la peluquería!
Hablar
y no hacer, mentir verdades, vivir mentiras, retos virales… Cuanto más nos zambullimos en la moda, menos
modales quedan flotando en el aire. Menos ser humano, menos autenticidad, todo
se va por el desagüe de la conformidad.
La
moda es esa herramienta mágica que moldea nuestras mentes y nuestros
guardarropas al ritmo de la estupidez que se vende al por mayor, ¡dos por uno,
ganga del día! El ser humano, ese ser maravilloso que solía tener opiniones y
personalidad, ahora parece que se ha esfumado detrás de las cortinas de la
última tendencia.
1 comentario:
Auténtico
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