12 agosto 2023

Desenredando la mente

¿Te has dado cuenta de que la gran mayoría de tus pensamientos, como el 90% de ellos, son como invitados no deseados en una fiesta en tu cabeza? Son como esos tipos que se cuelan en una película sin pagar la entrada. Son recuerdos del pasado, miedos que vienen a tocar la puerta, y ruidos sensoriales que te gritan cosas que ya has escuchado antes. Pero, ¿sabes qué? No deberías darles tanto crédito, porque son como vendedores ambulantes que intentan venderte algo que ni siquiera necesitas.

Lo que realmente importa es aferrarte a la persona dentro de ti que está sentado en la butaca (el observador), mirando esa película mental con un recipiente de palomitas. Esa persona es la que se da cuenta de que los pensamientos vienen y van, pero ninguno define quién eres. A menos que decidas darles el poder de dirigir la película, como si fueran verdades absolutas, y luego terminas atrapado en un enredo de excusas que te alejan de la realidad. Construirás una realidad basada en la credibilidad de los pensamientos a los que prestas atención.

Cuando empieces a restarle importancia a esos pensamientos invasores, podrás enfocarte en las cosas que tienes aquí y ahora, en lugar de obsesionarte por lo que te hace falta. Construirás en vez de destruir. Pondrás atención en lo que está pasando en la pantalla en este momento, en lugar de maldecir lo que quisieras que estuviera pasando o lo que debería estar pasando.

Si estás buscando que las cosas cambien, tienes que empezar por aceptar lo que está pasando ahora mismo. Luego, échale un vistazo a tu mente y observa qué está pasando por ahí. Y al final del día, recuerda que tú eres mucho más grande que cualquier construcción mental. Así que suelta esas etiquetas que te pones a ti mismo y simplemente vive, porque la película sigue rodando y tú puedes ser el director si aceptas la realidad y aprendes a dirigir tu atención.



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