31 julio 2023

Meditación del día

No eres tu cuerpo ni te define, lo puedes observar, hay alguien que lo observa, así que no te preocupes tanto por algo que no eres. No eres tus pensamientos ni sensaciones, aunque pueden llegar a influirte si te identificas con ellos, pues los puedes observar, hay alguien que los observa. Puedes comprobarlo. Las voces que aparecen en forma de pensamiento, aparecen en la persona que las observa. Esta persona es un ego condicionado por su educación y cultura según donde nazca, por lo que tiene poco de real. Cuando te das cuenta de todo esto, del engaño, puedes descansar en la consciencia, una realidad incondicionada e inmensa donde encontrar paz.

Solo tienes que observar unos minutos al día y preguntarte. ¿A quién surgen estos pensamientos? A mí. ¿Quién es “mí”? El testigo que observa hasta su propio condicionamiento. ¿Quién es el que piensa que soy un fracaso, un inútil?, ¿Puedes encontrar ese yo que está experimentando el fracaso? Es solo un pensamiento ¿Es ese pensamiento realmente una representación completa y precisa de quién soy? Reflexiona. Por supuesto que NO. Es como si una pantalla de cine se olvidara que es una pantalla y se identificara con las imágenes y sonidos que se proyectan en ella. Los pensamientos aparecen y se van. O quizá sea como si te identificaras con el personaje de la película en lugar de darte cuenta de que eres el espectador que está viendo la película.

La identificación ocurre cuando te fusionas completamente con un pensamiento, una emoción o un rol y te percibes a ti mismo como si fueras ese pensamiento, emoción o rol en lugar de la persona que observa. Siéntate diez minutos al día a observar todo lo que aparece en tu mente, sabiendo que no eres todo eso ni te define, sino el testigo de ello. Eres libre, completamente libre, si te das cuenta.



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